La ilustrada Inglaterra de finales del siglo XVI y el dominante
maestro de la escritura,William Shakespeare,
introdujeron el nacimiento de una tragedia veronesa real que anhelaba salir a
la luz: Romeo y
Julieta, la majestuosa combinación de un amor prohibido, de un odio
inmortal y de un desgarrador destino. En esta ocasión, elBallet
Teresa Carreño- Caracas,
Venezuela - representa con pasión esta historia de amor y tragedia.
Ojos, mirad por última vez. Brazos, dad vuestro último abrazo. Y labios, que sois puertas del aliento, sellad con un último beso.
Un látigo, un latigazo en giro. El pie de trabajo se estira y se recoge durante las vueltas, la cabeza se mantiene mirando un punto fijo, y los brazos ayudan a la postura y a la rotación.
Considerados los giros más difíciles en el ballet, la ejecución de los fouettés requiere de mucha dedicación y de años de práctica. A continuación se presentan algunas personalidades del mundo de la danza que han deslumbrado a millones gracias a su ejemplar realización del fouetté.
Los aportes rusos han sido indispensables para la formación de la técnica, de la coreografía y de la música del ballet; además, no es un secreto el hecho de que la tradición soviética constituya una leyenda universal, debido a la gran calidad de sus artistas.
Los primeros espectáculos de ballet que vio Rusia fueron a finales del siglo XVII y consistían en bailes pausados y solemnes con cambios de poses refinadas y de inclinaciones; todo esto en la época cuando la instrucción de la danza era obligatoria en los colegios, siguiendo las órdenes del zar Pedro el Grande.
Marius Petipa
Como protagonista del baile ruso se destaca el coreógrafo francés Charles-Louis Didelot en el siglo XIX, puesto que, al desarrollar nuevos repertorios de más de cuarenta ballets nacionales e internacionales, enriqueció la enseñanza en la Escuela Nacional de Ballet e introdujo la madurez creativa a este ámbito en Rusia. De igual manera, no se puede hacer referencia a los inicios de este arte sin mencionar al bailarín, coreógrafo y maestro francés Marius Petipa, ya que, además de implantar conceptos como pas de deux y adagio, dejó un legado que se conserva hasta nuestros días. Tomando en cuenta que Petipa consideraba a la mujer como el personaje principal en sus producciones, vale resaltar que algunos de sus espectáculos famosos son precisamente los que produjo en colaboración con el compositor Piotr Ilich Tchaikovsky – La Bella Durmiente, El Cascanueces y El Lago de los Cisnes –; sus coreografías para Giselle y Don Quijote; sus reconstrucciones de La Sílfide y Coppélia; entre otros; todos con la figura femenina como protagonista.
Giselle
La danza rusa empezó a influir en Europa, Estados Unidos y Asia a causa del famoso empresario Serguéi Diáguilev, pues el mundo conoció los tesoros de la cultura soviética gracias a su organización de giras por París y por capitales europeas y americanas, pero nunca por Rusia. Como fue la mano derecha del director del Ballet Imperial, Petipa, no pudo obviar que entre los bailarines jóvenes había una cierta reacción contra sus tradiciones clásicas; entonces tuvo la idea de combinar tres factores renovadores: música, diseño y baile, con la inclusión de artistas como Michel Fokine, George Balanchine y Anna Pávlova, junto con diversos compositores y pintores que enriquecerían la puesta en escena de los ballets.
Michel Fokine
Al igual que Diáguilev, Michel Fokine aseguraba que la síntesis del arte – música, danza, escenografía y trajes – creaba la unidad estilística del espectáculo, debido a que, para él, la inspiración coreográfica dependía de la calidad de la música. Además, Fokine hizo del cuerpo de baile un factor de igual importancia que el resto de los participantes en el escenario.
Al llegar al ballet neoclásico – que usa la misma técnica que la danza clásica, pero que es más rápido –, es necesario mencionar al maestro George Balanchine, quien añadió cierto dinamismo a la tradición conservadora de Petipa y aseguró que el baile es un factor autosuficiente que no necesita de decorados para ser impactante – en contraposición al pensamiento de Diáguilev y de Fokine –. Vale añadir que el New York City Ballet y la Escuela de Ballet Americano se basan en la estética de los ballets de Balanchine, cuya herencia es de más de 400 obras, por lo que su influencia no puede ser sobrevalorada.
Por otro lado, se encuentra la bailarina rusa Anna Pávlova, reconocida por su interpretación de La Muerte del Cisne – coreografiada para ella por Fokine – y por haberse destacado en Giselle, La Sílfide y Coppélia. A pesar de sus diversas imperfecciones técnicas y de su falta de musicalidad y de sentido del ritmo, Pávlova logró ser la artista rusa más reconocida de su época.
Anna Pávlova
Después de la Primera Guerra Mundial – 1914 a 1918 –, en la mayoría de las danzas, ahora condicionadas por la ideología política soviética, destacaban los saltos altos y los giros bruscos. Una de las
profesoras que contribuyó al desarrollo de este estilo fue Agrippina Vagánova: su sistema formó bailarines capaces de interpretar tanto danzas románticas de tiempos pasados como espectáculos acordes a estos tiempos.
Isadora Duncan
Paralelo a este período post-guerra del siglo XX, en Estados Unidos se estaba desarrollando el baile moderno, pero no era tomado en cuenta por las tradiciones rusas. Los aficionados del ballet se dividieron entre los que se mantuvieron fieles a sus bases clásicas y los que empezaron a buscar una nueva coreografía para mostrar las necesidades espirituales y las pasiones del ser humano; de esta manera, surgió la danza moderna a manos de una de sus promotoras: Isadora Duncan. Se debe tomar en cuenta que Rudolf Nuréyev, el gran bailarín ruso, fue uno de los primeros que trató de reconciliar el baile moderno con el clásico: añadió nuevos movimientos discontinuos y bruscos para ampliar sus posibilidades. Además, fue primero Balanchine y después Nuréyev quienes retaron la ideología de Petipa y buscaron reforzar el papel del hombre en la danza.
Rudolf Nuréyev - La Bella Durmiente
Este paso del clasicismo al modernismo ha sido fuertemente criticado por conocedores del tema, quienes afirman que la pérdida del tradicionalismo lleva a la muerte del ballet como arte, debido a que este fue el factor que posicionó a la mujer como objeto de admiración del hombre, y a que la danza moderna supone una especie de lanzamiento impuro de la artista al bailarín. En contraposición, hay quienes creen que es necesaria la enseñanza del baile moderno en las escuelas, ya que el sistema del ballet clásico es universal y está en un nivel alto de abstracción, por lo que los nuevos movimientos se unen a él fácilmente.
Independientemente de las opiniones a favor y los juicios en contra de esta metamorfosis de la danza, se debe recordar que el verdadero objetivo del arte es constituir un escape para el ser humano; representar un estilo de vida; y reflejar una realidad, un sentimiento y una pasión.
La isla de Nunca Jamás llegó al Centro Cultural Chacao - Caracas,
Venezuela - a manos de la Fundación Ballet de las Américas los pasados sábado
28 y domingo 29 de junio de 2014. Peter Pan, un ballet en III actos, contó con más de 180 bailarines en escena y estuvo bajo la producción y
dirección general de Stella Quintana. Durante las tres funciones desarrolladas
a lo largo del fin de semana, la audiencia tuvo la oportunidad de vivir aventuras
de hadas, indios, piratas y sirenas junto a la soñadora Wendy - Oriana González
-, a la pequeña Campanita - María Fernanda De Aguiar -, y, por supuesto, al
valiente Peter Pan - Jorge Escobar -.
Peter Pan es la historia de un chico que se niega a crecer y que vive
rodeado de otros niños - los niños perdidos - en la isla de Nunca Jamás. Peter
sabe volar, y lo hace siempre acompañado de una pequeña hada llamada Campanita.
Su enemigo mortal es el Capitán Garfio, un pirata al que le falta una mano, ya
que un inmenso cocodrilo se la comió; el gran animal es delatado por el tic-tac
de un reloj, al que tampoco resistió en su glotonería. La historia de Peter Pan
propiamente dicha comienza cuando conoce a una niña llamada Wendy, mientras el
chico está persiguiendo su sombra. La joven logra coserle la sombra al
muchacho, dando paso a una invitación para conocer Nunca Jamás, a la que la
niña y sus hermanos - Juan y Miguel - viajan volando junto a Peter y gracias a
los polvos mágicos de Campanita. Una vez en la isla, todos comparten infinitas aventuras con animales exóticos, hadas, piratas, indios y sirenas.
Alberto Alonso Rayneri – 22 de mayo de 1917 - 31 de diciembre de 2007 – es el ícono de la coreografía cubana del siglo XX, dada su trayectoria mundial y su capacidad de combinar la técnica de la danza clásica con la esencia tropical de Cuba. Se destacó como coreógrafo, bailarín y maestro de ballet cubano; además, fue uno de los tres fundadores del Ballet Nacional de Cuba.
Alonso nació en La Habana – Cuba –. Su padre era un contador en una empresa norteamericana; y su madre, cuyo amor por la música fue heredado por Alberto, era una pianista concertista que no pudo ejercer su profesión por los prejuicios sociales de la época.
En 1933, luego de interrumpir sus estudios secundarios en Estados Unidos y de regresar a su ciudad natal, se convirtió en el primer cubano que estudió ballet, puesto que ingresó en la Escuela de Baile de la Sociedad Pro Arte Musical. El mismo año, debutó en el ballet El azul Danubio, con coreografía del maestro Nicolás Yavorsky; y en 1934, bailó el Príncipe Igor.
En 1935, acompañó por primera vez a su futura cuñada, Alicia Martínez – posteriormente Alicia Alonso –, en el ballet Coppélia, lo que lo convirtió en la primera pareja de baile de esta bailarina famosa universalmente. Alberto Alonso alternó con grandes personalidades del ballet como Alexandra Danílova, Irina Barónova, Léonide Massine, Mijail Fokine y Tamara Toumanova.
Ballet Nacional de Cuba
En 1941, fue nombrado director y maestro de la Escuela de Baile de la Sociedad Pro Arte Musical, por lo que se convirtió en el primer coreógrafo de ballet cubano. Entre 1944 y 1945, fue primer bailarín del Ballet Theatre of New York; y entre 1948 y 1953, impartió clases en el Conservatorio Municipal de La Habana.
Su trayectoria en la enseñanza del baile clásico llevó a Alonso a experimentar con un vocabulario artístico que unía lo académico con movimientos sensuales de las tradiciones folklóricas afrocubanas. Esta nueva esencia se evidenció y marcó pauta con el estreno, en 1947, del ballet Antes del alba, donde se fusionaban los pasos clásicos del ballet con los toques de tambores y los pasos de la conga popular.
En 1948, junto con su hermano Fernando Alonso y su cuñada Alicia, fundó el Ballet Alicia Alonso – actual Ballet Nacional de Cuba –, del cual fue primer bailarín, director artístico y coreógrafo. Con esta compañía viajó por América Latina y, entre otras obras, presentóRomeo y Julieta por primera vez en el continente americano.
En 1960, creó el Conjunto de Danzas de Alberto Alonso; y en 1962, el Conjunto Experimental de Danza de La Habana, con el cual realizó una gira por Europa.
A lo largo de su vida, participó en producciones como El pájaro de fuego; El hijo pródigo; Las damas de buen humor; El gallo de oro en giras por Francia, Inglaterra, Estados Unidos, Canadá, Alemania, Australia y Nueva Zelanda; entre otras obras. Además, fue coreógrafo invitado de compañías cubanas y extranjeras – Bulgaria, Hungría, Japón, Italia, Alemania, México, España y Estados Unidos –.
La tercera
edición del Festival Anual Musa & Amigos se realizó el 01 y el 02 de
febrero en el Anfiteatro del Sambil de Caracas - Venezuela -.
La academia
de baile MUSA, dirigida por Rigoberto Hernández, fue la coordinadora de FAMA, un
festival que les ofreció a los amantes de las artes escénicas la oportunidad de
demostrar su talento y de ser el centro de atención.
El 01 de
febrero de 2014, por tan solo 220 bolívares fuertes, alrededor de 2000 personas
disfrutaron las interpretaciones de distintos estudios y conjuntos de danza, como
Arte y Glamour, MoVida, Fuera de Orden, Ímpetu y Pentagrama. El 02 de febrero
se realizaron talleres artísticos con entrada libre.
En FAMA,
varios profesionales en el mundo de la danza evaluaron las presentaciones de
artistas de 12 años en adelante en ballet clásico, hip-hop, danza contemporánea, entre otros.
A continuación, una entrevista con la bailarina participante de FAMA, Victoria Ramírez.