La leyenda imponderable de la danza en América lleva el nombre de Alicia
Alonso: coreógrafa, fundadora y primera bailarina absoluta del Ballet Nacional de Cuba – gracias a su
consagración y a su prodigiosa trayectoria en la compañía y, especialmente, en
el universo del baile –. A lo largo de
los años, audiencias de todo el mundo han podido admirar con fervor sus
majestuosas creaciones.
Nacida como Alicia Ernestina de la Caridad del Cobre Martínez del Hoyo – La Habana, Cuba, 21 de diciembre de 1920 – es hija de padres españoles y la más pequeña entre sus cuatro hermanos. Inició su aprendizaje artístico en la Sociedad Pro-Arte Musical – La Habana – a los nueve años de edad. Además, se casó con el bailarín Fernando Alonso en Estados Unidos al cumplir sus quince primaveras.
Desde su juventud, Alicia padeció de un defecto visual, es decir, era
parcialmente ciega; por lo que posicionaba distintas luces en escena para que
la guiaran.
En 1940, Alonso intervino en la fundación del American Ballet Theatre y tres años más tarde se convirtió en una
de sus bailarinas más destacadas. Vale resaltar que se hizo mundialmente famosa
al desempeñar la sustitución del rol principal en Giselle, debido a que el protagónico debía ser interpretado por la
bailarina Alicia Markova y ella no pudo bailar; gracias a tan inesperado
inconveniente, Alonso fue reconocida desde entonces por ejecutar el personaje
de la inocente y traicionada pueblerina. En el American Ballet tuvo la
oportunidad de trabajar con coreógrafos como Michel Fokine, George Balanchine, Jerome Robbins, entre otros; además, fue la creadora de algunos
papeles para distintas obras artísticas.
En 1948, se origina el Ballet Alicia
Alonso – actual Ballet Nacional de
Cuba –, y ese mismo año se inicia su primera gira internacional, la cual,
recorrió Latinoamérica.
La agresión del gobierno cubano, en manos del presidente Fulgencio Batista,
también tocó las puertas de la compañía formada por Alicia: el apoyo económico
estatal para la fundación fue totalmente retirado al no conseguir beneficios
propagandísticos por parte del Ballet Nacional – 1956 –. Como consecuencia, la
bailarina se negó a danzar en su país durante el tiempo tiránico. Al año
siguiente, fue invitada a bailar en la Unión Soviética y se convirtió en la
primera representante americana que actuó en el hemisferio oeste.
En 1999, la Organización de las Naciones Unidas para la
Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) concedió a Alicia Alonso la medalla
"Picasso" por su contribución al progreso de la danza en Cuba y el
mundo.
A nivel nacional, la compañía ha recibido 127
reconocimientos: medallas, trofeos, títulos y distinciones, como por ejemplo:
la Placa "Mujer destacada
en el Arte" – Federación de Mujeres Cubanas –, la Orden "Héroe
Nacional del Trabajo" – Comité Nacional de la Central de Trabajadores de
Cuba –, las Llaves de la Ciudad y Título de "Huésped
Ilustre" – Asamblea Municipal del Poder Popular –, entre otros. Internacionalmente, se le han
otorgado alrededor de 177 distinciones: la “Medalla de Su Majestad Elizabeth II” – Gran Bretaña. 1953 –, el Emblema
del Teatro Bolshoi – Unión Soviética, 1958 –, etc.
El Ballet Nacional de Cuba ha
llevado todo su talento alrededor del mundo. De hecho, en el año 2008 presentó
su versión de Giselle en las
instalaciones del Teatro Teresa Carreño
– Caracas, Venezuela – y durante el 2012 llevó a cabo su primera visita a
Sudáfrica.
La gran Alicia Alonso constituye una muestra perfecta de la firmeza, la perseverancia
y la pasión que caracterizan al latinoamericano.
Ballet Carmen - Alicia Alonso
Ballet Giselle - Alicia Alonso
"Hay una diferencia cuando estás bailando con la música que amas,
cuando hay un encuentro entre la música y el bailarín que se fusionan en uno; esas
son la experiencias por las cuales vivimos." – Alicia Alonso (s.f).
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