La pasión, dedicación y
emprendimiento son características clave que debe poseer cualquier persona involucrada
con el arte del ballet clásico. Por ello, se ha entrevistado a alguien que,
desde muy pequeña, ha presentado estas cualidades, destacándose de manera
inspiradora en el competitivo mundo de la danza.
Adriana Medina
La bailarina venezolana
Adriana Medina, a sus 27 años de edad, instruye dicha disciplina en la Escuela
de Ballet Clásico Petite y, a su vez, se desempeña como su directora desde los
inicios de la institución en el 2002. Habiéndose adentrado por primera vez en
el ballet clásico a los 6 años, y luego de recorrer un largo y arduo camino, se
graduó a los 18 años como Bailarina Profesional: Mención Clásica de la Escuela
de Ballet Keyla Ermecheo, en Caracas. Además, es egresada de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB),
como Licenciada en Educación Integral.
P: Ante todo, muy
buenas tardes, Adriana. ¿Qué te llevó a iniciarte en el mundo de la danza?
R: Hola, ¿qué tal? Bueno, tengo una
hermana cinco años mayor que yo que también hace ballet y siempre la iba a ver
en sus presentaciones y clases. De ahí le dije a mi mamá que quería ser
bailarina.
P: ¿Por qué
elegir específicamente el ballet y no otra disciplina?
R: Yo fui
probando. De hecho, como a los diez años me salí del ballet porque no quería
seguir y me metí en gimnasia rítmica. No me gustó para nada, como a los dos
meses volví al ballet y a partir de allí continué sin parar.
P: Cuando estudiabas, ¿cómo balanceabas los estudios con el ballet?
R: Siempre tenía un horario. A ciertas horas estudiaba o hacía las tareas y después me iba al ballet. De chiquita era suave, pero en bachillerato todo se volvió más difícil porque mis ensayos comenzaban muy tarde, en la noche, y yo tenía que hacer mis tareas antes o después.
P: ¿Puedes
mencionar las presentaciones en las que has participado y tu favorita?
R: Oye mira,
entre las más conocidas El Cascanueces, La Bella Durmiente y Giselle. Mi favorita
fue Giselle, la mejor producción con la historia más bonita. Primero por el
trabajo, es una producción muy difícil y a mí me pusieron a bailar con mi
hermana que estaba más avanzada que yo y pude llegar a un nivel de niñas que
eran tres o cuatro años mayores. Tanto fue el esfuerzo que hasta ahora no se me
olvidan las coreografías. También he estado en festivales, competencias y giras
nacionales.
"Se ha notado la exigencia hacia las niñas." |
R: Bueno, llevo
muchos años enseñando ballet y es cuestión de organizarse. Empecé a dar clases
en 4to año de bachillerato y yo me venía del colegio a dar clases, hacía mis
tareas en el horario que pudiera y como es una disciplina que llevo desde
pequeña, me organizo con más facilidad. Si en algún momento tengo que adelantar
trabajo, lo hago en la casa en cualquier tiempito que tenga.
P: ¿Qué presentaciones
ha llevado a cabo tu escuela de ballet?
R: El
Cascanueces, La Bella Durmiente, Tinkerbell, bailes folclóricos y
contemporáneos, y clases abiertas al público.
P: ¿Cuáles son tus opiniones acerca de la escuela, alumnas y presentaciones ya hechas?
"Las chiquitas también han mejorado muchísimo." |
P: ¿Puedes definir “ballet” en una palabra?.
R: Pasión.
P: Observando el desempeño y avance de las alumnas, ¿podrías mencionar algunos proyectos y presentaciones que quieran hacerse en un futuro?
R: ¡Proyectos hay
muchísimos! El año que viene presentaremos una función en julio, pero todavía
no tengo definido qué hacer, y en diciembre haríamos El Cascanueces que es algo
tradicional. Aparte de eso, durante el año escolar siempre se está buscando ir
a competencias, sean nacionales o internacionales; de hecho, en enero, íbamos a
ir a un festival de ballet en Nueva York, pero lamentablemente al final no se
concretó.
P: ¿Algún mensaje
que quieras dejarle a nuevas generaciones de bailarines?
R: ¡Siempre hay
que sentirlo cuando se baila, pues! Si no sientes el ballet, no se llega al
corazón y no se transmite esa pasión. Entonces, es así como a pesar de que
tengas muchas ocupaciones, siempre tendrás tiempo para hacer ballet. Es importante la organización, por eso es que se empieza desde pequeña, para tener la
disciplina. Por ejemplo, ya yo estoy en la etapa que estoy casada y sigo con
mi danza. Esa sería mi recomendación
para todas, todo es cuestión de organizarse y ponerle cariño a lo que se hace.
"(...) y ponerle cariño a lo que se hace." |
"Todo es cuestión de organizarse (...)" |
R: Un placer, ¡siempre a la orden!
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